
Suena tan fácil y es tan complejo
Creer en uno es lo básico y al mismo tiempo la tarde más ardua, para romper el cristal hay que tener la convicción de que el que se va a romper es el y no tú y muchas veces aunque tengas la mano de hierro dudas.
Dudas del grosor del cristal, o simplemente dudas de tu fuerza para chocar. Y es en ese punto donde lo que va a alimentar ese impulso es el compensar para alimentar esa fuerza de “ataque” y romper el cristal donde esta la luz.
En muchas ocasiones en la vida estamos ante esta situación. Parados frente al cristal, viéndolos, convencidos de romperlo y hasta sintiendo una fuerza inhumana que nos convence que somos capaces pero… Porque no lo rompemos, porque no vamos mas allá?
La respuesta siempre va a estar en nuestro interior, la lupa y espejo siempre es hacia adentro.
REFLEXIÓN:
1- Qué hay en mí que no me deja romper el cristal?
2- Qué me hace no creer en mi poder?
3- Por qué no confió en mi mano si sé que es de acero más fuerte que el cristal?
4- Quiero ver la luz desde el cristal o vivir en la luz?